Economía local en un mundo globalizado
Hace falta plantearse una vuelta a los tradicionales usos mixtos de la ciudad mediterránea. Es decir, suelos y edificios donde se mezclan viviendas, tiendas y trabajos, para permitir una mejor calidad de vida y menores impactos medioambientales.
Ya en los años 70 la periodista Jane Jacobs hablaba de la importancia de la vida en las calles y del comercio local para la vitalidad y habitabilidad de las ciudades.
Sin embargo, en las últimas cinco décadas ha imperado el modelo de planificación urbanística dispersa donde se separan las áreas residenciales, las comerciales y las de trabajo, bajo la premisa de desplazamientos en coche entre todas ellas.
Frente a este modelo americano, hace falta plantearse una vuelta a los tradicionales usos mixtos de la ciudad mediterránea. Es decir, suelos y edificios donde se mezclan viviendas, tiendas y trabajos, para permitir una mejor calidad de vida y menores impactos medioambientales.
Esto no significa una regresión al pasado, sino quedarnos con aquello que hemos comprobado que funciona y experimentar con nuevas oportunidades de negocio, por ejemplo aquellas vinculadas a la economía circular.
¿Hablamos de reciclaje? Muchísimo más, se trata de diseñar para que no haya residuos, de alargar la vida útil de los productos y de sus partes, de reutilizar materiales lo máximo posible, y solo al final, cuando ya no haya otra alternativa, reciclar para que el material se pueda transformar y reutilizar:
- Compartir es vivir. Aprovechar al máximo los recursos que ya tenemos es una de las medidas más sostenibles que podemos tomar. Además, debido al espacio limitado de muchas viviendas en grandes ciudades cada vez tiene más sentido compartir, ya sea bien a través de redes vecinales o servicios de alquiler. También conocemos todos servicios de movilidad compartida: desde patinetes a scooters al tradicional transporte público.
- Espacios multiusos. Los espacios también se pueden compartir. Cada vez son más comunes los coworkings de barrio, como Impact Hub o Espacio Geranios en Madrid. Diseños modulares y licencias municipales adaptadas a estos usos permitirían explorar este tipo de aprovechamiento de uno de los sectores con más impacto en el cambio climático, la construcción.
- Nuevos canales de comercialización. Actualmente se desperdician muchísimos recursos por falta de creatividad. En el caso de la alimentación, empiezan a surgir múltiples iniciativas que luchan contra esto. Too good to go vende a un precio más barato platos preparados que han sobrado de la venta diaria de los restaurantes. TalKual vende al consumidor final aquellos vegetales que por motivos estéticos los supermercados rechazan.
- Extender la vida útil de los productos, partes y materiales. Según el Circularity Gap Report, solo un 7,3% de los recursos del planeta se reutilizan. Esto quiere decir que nuestra economía depende en mayor parte de recursos vírgenes, que son finitos. Frente a la conocida obsolescencia programada y tendencias de hiperconsumo, es necesario que lo que ya se ha producido se use lo máximo posible, antes de ser descartado y/o reemplazado por algo nuevo. Una buena alternativa son los negocios de segunda mano que aseguran que el producto sigue en uso por un tiempo más. Por otro lado, existe una gran falta de servicios de reparaciones, que supone una buena oportunidad de negocio de barrio en ámbitos como la ropa, la electrónica y muchos otros por explorar.
- Reciclaje. Los residuos orgánicos se pueden utilizar, por ejemplo, para fertilizar huertos urbanos, y para generar energía a través de biodigestores. Otro tipo de residuos suponen una materia prima magnífica para la investigación, el desarrollo de nuevos productos y materiales que está aún por descubrir.
Si quieres conocer más sobre este tema, te invitamos a participar en la 2ª edición de la Semana de la Proximidad, una iniciativa de la Fundación Foro NESI, donde multitud de organizaciones visibilizarán su trabajo en las áreas de regeneración urbana, vida de barrio, economía local y alimentación sostenible.
En el Foro NESI defendemos lugares para vivir cercanos, diversos, inclusivos y conectados que regeneren las relaciones humanas y con la naturaleza. ¡Súmate!